Convulsiones febriles
Las convulsiones febriles (crisis convulsivas
provocadas por fiebre)
ocurren en 3 o 4 de cada 100 niños entre seis meses y cinco años de edad, pero
con más frecuencia en niños entre los 12 y 18 meses de edad.
Un niño que tiene su primera convulsión febril simple cuando tiene 1 año de edad tiene aproximadamente un 50 % de probabilidad de sufrir otra, mientras que los niños que tienen su primera convulsión febril cuando son mayores de 1 año de edad tienen cerca de un 30 % de probabilidad de sufrir una segunda convulsión. Sin embargo, solamente un número muy pequeño de los niños que sufren de convulsiones febriles tienen epilepsia en el futuro.
¿Qué es
una convulsión febril?
Una convulsión febril sucede generalmente durante
las primeras horas de una fiebre. El niño puede tener un aspecto extraño
por unos instantes, luego se pondrá tenso/rígido, sufrirá espasmos y pondrá sus
ojos en blanco. Estará inconsciente por un corto tiempo, su respiración será
alterada y su piel puede lucir un poco más oscura de lo normal. Después de la
crisis convulsiva, el niño vuelve rápidamente a la normalidad. Las crisis
convulsivas por lo general duran menos de un minuto, sin embargo, aunque no es
muy común, puede durar hasta 15 minutos.
Las convulsiones febriles muy pocas veces se
presentan más de una vez en un periodo de 24 horas. Otro tipo de convulsiones
(las que nos son provocadas por fiebre) duran más, pueden afectar sólo una
parte del cuerpo y pueden ocurrir varias veces.
¿Qué debo
hacer si mi niño sufre una convulsión febril?
Si su niño tiene una convulsión febril, actúe de
inmediato para prevenir lesiones.
- Coloque al niño o niña en el piso o sobre una
cama alejado de objetos duros o punzantes.
- Voltee su cabeza hacia un lado para que la
saliva o el vómito puedan drenar de la boca.
- No ponga nada en su boca; el niño no se
tragará su lengua.
- Contacte al médico de su hijo.
- Si la convulsión no termina en 5
minutos, llame al 911 o al número de emergencia de su localidad.
¿Mi hijo
sufrirá más convulsiones?
Las convulsiones febriles suelen darse en algunas
familias. El riesgo de sufrir convulsiones con otros episodios de fiebre
depende de la edad de su niño. Los niños menores de 1 año de edad que sufren su
primera convulsión febril a esta edad tienen un 50 % de probabilidad de sufrir
otra convulsión febril. Los niños que sufren su primera convulsión febril
cuando son mayores de 1 año tienen sólo un 30 % de probabilidad de sufrir una
segunda convulsión febril.
¿Las
convulsiones febriles son peligrosas?
Aunque las convulsiones febriles pueden ser
alarmantes, no le hacen daño al niño. Las convulsiones febriles no causan daños
al cerebro ni problemas del
sistema nervioso, parálisis, discapacidad intelectual o muerte.
¿Cómo se
tratan las convulsiones febriles?
Si su niño tiene una convulsión febril, llame de
inmediato al médico del niño. El médico podrá examinar a su niño para determinar
la causa de la fiebre de su niño. Es más importante determinar y tratar la
causa de la fiebre primero que la convulsión. Se le puede hacer una punción
lumbar (procedimiento médico) al niño para saber si tiene una infección grave
como la meningitis,
especialmente si el niño es menor de 1 año de edad.
Por lo general, los médicos no recomiendan
medicamentos preventivos para el tratamiento de una convulsión febril simple.
Sin embargo, esto debe ser discutido con el médico de su niño. En casos de
convulsiones prolongadas o repetidas, la recomendación puede ser diferente.
Los medicamentos, tales como el acetaminofén y
el ibuprofeno pueden bajar la fiebre, pero no prevenir las convulsiones
febriles. El médico de su niño hablará con usted sobre las mejores formas de
aliviar la fiebre de su niño.
Si su niño ha sufrido una convulsión febril, no
tema lo peor. Este tipo de convulsiones no son peligrosas para su niño y no
causan problemas de salud a largo plazo. Si tiene alguna preocupación al
respecto o sobre cualquier otro problema de salud de su niño, consulte con el
médico de su niño.
Última actualización 11/30/2017
Fuente Febrile
Seizures (Copyright © 1999 American Academy of Pediatrics, Updated 1/2012)
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