LACTANCIA MATERNA FRENTE A LACTANCIA CON LECHE DE FÓRMULA
Elegir entre la lactancia materna y la
lactancia con leche de fórmula es una de las decisiones más importantes que
tienen que tomar los padres que esperan a un bebé y que lo acaban de tener.
Los expertos consideran que la leche
materna es la mejor opción nutricional para los bebés. Pero la lactancia
materna puede no ser posible para todas las mujeres. En muchas de ellas, la
decisión de dar el pecho o el biberón al bebé se basa en criterios de
comodidad, estilo de vida y situaciones médicas específicas.
Para las madres que no pueden amamantar
a sus bebés o que deciden no hacerlo, las "leches de fórmula"
(también conocidas como "leches infantiles" o "leches
maternizadas") son una alternativa saludable. Las leches infantiles proporcionan
a los bebés los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse.
A algunas mujeres les preocupa que, si
no amamantan a sus bebés, no podrán forjar un vínculo emocional con ellos. Pero
lo cierto es que una madre que quiera a su hijo siempre creará un vínculo
especial con él. Y la alimentación del bebé (sea de un tipo o de otro) es un
momento fenomenal para reforzar el vínculo con él.
La decisión de amamantar o de dar el
biberón a su bebé es algo muy personal. Tener en claro las ventajas y los
inconvenientes de cada método le puede ayudar a decidir qué es mejor para usted
y para su bebé.
Todo sobre la lactancia materna
Amamantar a un bebé puede ser una
experiencia maravillosa tanto para la madre como para el bebé. Proporciona una
nutrición ideal y una experiencia de vinculación muy especial para muchas
madres.
Una serie de organizaciones, como la
Academia Americana de Pediatría (AAP) la Asociación Médica Estadounidense (AMA,
por sus siglas en inglés), la Asociación Dietética Americana (ADA) y la
Organización Mundial de la salud (OMS), recomiendan la lactancia materna como
mejor opción para alimentar a un bebé. La lactancia materna ayuda a defenderse
de las infecciones, a prevenir alergias y a proteger contra diversas afecciones
crónicas.
La AAP recomienda alimentar a los bebés
exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida. A
partir de ese momento, se anima a las madres a proseguir con la lactancia
materna por lo menos hasta que el bebé tenga 12 meses, y durante más tiempo si
tanto la madre como el bebé así lo desean.
He aquí algunos de los muchos efectos
beneficiosos de la lactancia materna.
Combate las infecciones y otras
afecciones. Los bebés amamantados contraen menos infecciones y son
hospitalizados menos veces que los niños alimentados con leches infantiles. En
la lactancia materna, los anticuerpos y otros factores que luchan contra los
gérmenes pasan de la madre al bebé y refuerzan el sistema inmunitario del
pequeño. Esto ayuda a reducir la incidencia de muchas infecciones, como los
siguientes:
·
la diarrea
·
las infecciones
respiratorias
La lactancia materna también protege a
los bebés contra:
·
el asma
·
la diabetes
·
el síndrome de muerte
súbita del lactante (SMSL)
La lactancia materna es particularmente
beneficiosa para los bebés prematuros.
Es nutritiva y facilita la digestión. Los componentes
de la leche materna: la lactosa, la proteína (suero y caseína) y la grasa, a
menudo conocidos como la "comida perfecta" para el sistema digestivo
del bebé humano, son fáciles de digerir para un recién nacido.
Considerados como grupo, los bebés
amamantados tienen menos dificultades para digerir la leche que los alimentados
con leche artificial. La leche materna se tiende a digerir con más facilidad;
por eso, los bebés amamantados tienen menos episodios de diarrea o
estreñimiento.
La leche materna también contiene, por
naturaleza, muchas de las vitaminas y minerales que necesita un recién nacido.
La única excepción es la vitamina D; la AAP recomienda administrar suplementos
de vitamina D a todos los bebés amamantados durante los dos primeros meses de
vida y hasta que ingieran suficiente cantidad de leche enriquecida con vitamina
D (a partir del año).
La Administración de Alimentos y
Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. regula la fabricación de
leches infantiles para que contengan todos los nutrientes necesarios
(incluyendo la vitamina D). De todos modos, las leches comercializadas todavía
no han conseguido reproducir la composición exacta de la leche materna. ¿Por
qué? Porque la leche es una sustancia viva fabricada por cada madre para cada
bebé en particular, un proceso que no se puede reproducir ni duplicar en una
fábrica.
Es gratuita. La leche
materna no cuesta ni un céntimo, mientras que el precio de la leche de fórmula
va en aumento. Y, a no ser que usted se deba sacar leche utilizando una bomba
para que se la den a su bebé, no necesitará comprar biberones, tetinas ni otros
complementos de la lactancia con leche de fórmula que pueden ser caros. Puesto
que los bebés amamantados enferman menos que los bebés alimentados con leche
artificial, esto puede implicar una menor cantidad de visitas al médico, menos
copagos y una menor necesidad de comprar medicamentos de venta con o sin receta
médica.
Tiene diferentes sabores. Las madres
lactantes sueles necesitar 500 calorías adicionales cada día para fabricar
leche materna, lo que significa que deben ingerir una amplia variedad de
alimentos bien equilibrados. Esto permite que los bebés amamantados puedan
probar diferentes sabores a través de la leche materna, que sabe de forma
diferente en función de lo que haya comido la madre. Al haber probado los
alimentos propios de su "cultura", los lactantes amamantados
aceptarán con más facilidad los alimentos sólidos cuando se introduzcan en su dieta.
Siempre está disponible. Sin tener que
hacer carreras de última hora al supermercado para comprar leche de fórmula, la
leche materna siempre está fresca y lista para tomar, independientemente de que
usted esté en su casa o yendo de
aquí para allá. Y las madres que amamantan a sus bebés tampoco necesitan lavar
biberones y tetinas o calentar la leche a media noche.
Bebés más listos. Algunos
estudios sugieren que los niños alimentados exclusivamente con leche materna
tienen coeficientes intelectuales ligeramente más altos que los alimentados con
leche artificial.
Contacto "piel a piel”. Muchas madres
disfrutan de la experiencia de íntima conexión que establecen con sus bebés
cuando los amamantan. Y el contacto piel a piel puede contribuir a afianzar el
vínculo emocional entre madre e hijo.
Es beneficiosa también para la madre. La capacidad de
alimentar completamente al bebé solo con leche materna puede ayudar a una madre
a ganar seguridad en sí misma sobre su capacidad para cuidar de su pequeño. La
lactancia materna también quema calorías y ayuda a que el útero se encoja, de
modo que las madres que amamantan a sus hijos recuperan la figura que tenían
ante de quedarse embarazadas y pierden peso más deprisa. Así mismo, los
estudios indican que la lactancia materna ayuda a reducir el riesgo de cáncer
de mama, hipertensión arterial, diabetes y enfermedades cardiovasculares, y es
posible que también ayude a reducir el riesgo de cáncer de útero y de ovario.
Retos de la lactancia materna
La lactancia materna puede ser fácil y
sencilla desde el principio para algunas madres, pero a otras madres les puede
costar un tiempo habituarse a ella. Las madres y los bebés necesitan mucha
paciencia para habituarse a la rutina de la lactancia materna.
Entre las preocupaciones
más frecuentes de las madres primerizas, sobre todo durante las primeras semanas
o meses de lactancia, se incluyen las siguientes:
Incomodidad y molestias. Al principio,
muchas mujeres no se sienten cómodas cuando dan el pecho a sus bebés. Pero, con
información, apoyo y práctica, la mayoría de las madres supera esta etapa.
El dolor de cuando el bebé se agarra
al pecho es normal durante la primera semana hasta el décimo día, y debería
durar menos de un minuto en cada toma. Pero, si amamantar resulta doloroso
durante toda la toma o se tienen los pezones o los senos doloridos, es una
buena idea pedir ayuda a un asesor de lactancia materna o al médico. Muchas
veces solo es cuestión de utilizar la técnica adecuada, pero a veces el dolor
se puede deber a otro motivo, como una infección.
Tiempo
invertido y frecuencia de las tomas. La lactancia materna exige una
considerable cantidad de tiempo y dedicación por parte de la madre, sobre todo
al principio, cuando los bebés se alimentan muy a menudo. El horario de las
tomas o a la necesidad de extraerse leche utilizando una bomba durante el día
puede crear dificultades a las madres que tienen que trabajar, hacer recados o
viajar.
Y los bebés amamantados necesitan
alimentarse más a menudo que los alimentados con leche de fórmula porque la
leche materna se digiere más deprisa. Esto significa que el bebé puede
necesitar mamar cada dos o tres horas (tal vez más, tal vez menos) durante las
primeras semanas de vida.
La
dieta. Las mujeres que dan el pecho deben tener cuidado con lo que comen
y con lo que beben, ya que se lo pueden transmitir a sus bebés a través de la
leche materna. Al igual que durante el embarazo, las madres que amamantan a sus
hijos no deben comer pescado rico en mercurio y limitar el consumo de pescado que
contenga concentraciones menores de mercurio.
Si una madre bebe alcohol, una cantidad
reducida de esta sustancia llegará al bebé a través de la leche materna.
Después de tomar cualquier bebida alcohólica, deberá esperar por lo menos dos
horas antes de amamantar al bebé. El consumo de cafeína se debe limitar a no
más de 300 miligramos (entre una y tres tazas de café) o menos al día porque
esta sustancia puede provocar problemas, como inquietud e irritabilidad, en
algunos bebés.
Afecciones médicas de la madre,
medicamentos y cirugía mamaria. Algunas afecciones médicas que
padezca la madre, como una infección por el VIH o el SIDA, tener que recibir
quimioterapia o tomar ciertos medicamentos hacen que la lactancia materna no
sea segura para el bebé. Si una mujer no está segura de si debería amamantar a
su bebé porque padece determinado trastorno, debería preguntárselo a su médico
o a un asesor de lactancia. Las mujeres deben preguntar a sus médicos sobre la
seguridad de tomar cualquier medicamento durante la lactancia materna,
incluyendo los de venta sin receta médica, como los preparados que contengan
plantas medicinales.
Las mujeres que se han sometido a
cirugía mamaria, como una reducción de senos, pueden tener dificultades para
producir leche si la intervención ha dañado los conductos mamarios. En estas
situaciones, la mujer debe exponer sus preocupaciones a su médico y trabajar
con un especialista en lactancia.
Todo sobre la lactancia con leche de fórmula
Las leches infantiles comercializadas
son una alternativa nutritiva a la leche materna y hasta contienen algunas
vitaminas y nutrientes que los bebés amamantados deben obtener mediante
suplementos.
Fabricadas en condiciones de
esterilidad, las leches infantiles intentan reproducir la leche materna
utilizando una compleja combinación de proteínas, azúcares, grasas y vitaminas
que sería imposible fabricar en casa. Por lo tanto, si usted decide no
amamantar a su bebé, es importante que le dé solamente leche infantil
comercializada en vez de intentar elaborar una por sí misma.
Aparte de los motivos médicos que
pueden desaconsejar la lactancia materna, a algunas mujeres, amamantar a sus
bebés les resulta demasiado difícil o estresante. He aquí otros motivos que
pueden llevar a una mujer a optar por la lactancia artificial:
Comodidad. Cualquiera de
los dos padres (o cualquier otro cuidador) puede darle el biberón al bebé en
cualquier momento (aunque esto también es aplicable a las madres que se extraen
leche materna utilizando bombas de extracción). Esto permite que la madre
comparta con su pareja la tarea de alimentar al bebé, lo que ayuda a esta
última a involucrarse más en este crucial proceso y en la formación del vínculo
que suele conllevar.
Flexibilidad. Una madre que
alimenta a su bebé con leche de fórmula puede dejar a su bebé con su pareja u
otro cuidador sabiendo que lo podrá alimentar durante su ausencia. No
necesitará extraerse leche con una bomba ni organizarse el horario de trabajo u
otras obligaciones y actividades en función de las tomas del bebé. Tampoco
necesitará buscar un lugar recogido cuando tenga que amamantar al bebé en
público.
Tiempo invertido y frecuencia de las
tomas. Puesto que la leche de fórmula es menos fácil de digerir que la
leche materna, los bebés alimentados con leche de fórmula generalmente
necesitan alimentarse con menos frecuencia que los bebés amamantados.
Dieta. Las mujeres que
optan por la lactancia con leche de fórmula no necesitan preocuparse de que lo
que coman o beban pueda afectar a sus bebés.
Retos de la lactancia artificial
Al igual que la lactancia materna, la
lactancia con leche de fórmula también plantea algunos retos que conviene tener
en cuenta en el momento decidirse por uno u otro tipo de lactancia.
Carece de anticuerpos. Ninguno de los
anticuerpos que contiene la leche materna se encuentra en la leche artificial.
Por lo tanto, este tipo de lactancia no proporciona al bebé la protección
añadida contra las infecciones y otras enfermedades que proporciona la leche
materna.
No puede reproducir la complejidad de
la leche materna. Las leches artificiales están lejos de reproducir la complejidad
de la leche materna, que va cambiando a la par de las necesidades nutricionales
del bebé.
Organización y preparación. A diferencia de
la leche materna, que siempre está disponible, fresca, no se acaba y se
encuentra a la temperatura adecuada, alimentar a su bebé con leche de fórmula
supone organización y planificación para asegurase de que tiene lo que necesita
y cuándo lo necesita. Los padres deben comprar la leche de fórmula y asegurarse
de tenerla siempre a mano para evitar salidas nocturnas a fin de comprarla.
Es importante disponer siempre de los
complementos necesarios (como biberones y tetinas), asegurándose de que están
limpios y listos para el uso. En caso contrario, el bebé se podría poner muy
hambriento e inquieto, siendo más difícil de tranquilizar. Con 8 a 10 tomas en
cada período de 24-horas, es fácil que los padres se sientan agobiados si no
saben organizarse bien.
Precio. La leche de
fórmula puede ser cara. Las variantes en polvo son las más baratas, seguidas de
las variantes concentradas, siendo las más caras las que se venden listas para
el uso. Y las leches especiales (por ejemplo, de soja o hipoalergénicas) son
más caras, a veces mucho más caras, que las leches de fórmula básicas. El costo
de alimentar a un bebé con leche de fórmula básica durante el primer año de
vida ronda los US $1.500 (o los 1.500 €).
Puede producir gases y estreñimiento. Los bebés
alimentados con leche de fórmula son más proclives a tener gases y a hacer
deposiciones más duras que los bebés alimentados con leche materna.
Tomar la decisión
Decidir cómo va a alimentar a su bebé
puede resultarle difícil. Sabrá cuál es la opción adecuada para su familia
cuando llegue el bebé.
Muchas mujeres optan por un método
antes de que nazca el bebé pero cambian de idea cuanto nace. Y hay muchas que optan por amantar a su bebé añadiendo
suplementos de leche de fórmula porque constatan que se trata de la mejor
opción para su familia y estilo de vida.
Mientras esté considerando los pros y
los contras de cada opción, hable con su médico o con un asesor de lactancia.
Estos profesionales de la salud le pueden facilitar más información sobre sus
opciones y ayudarla a tomar la mejor decisión para todo el conjunto de su
familia.
Revisado por: Elana
Pearl Ben-Joseph, MD
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